Cuando hablamos de lealtad, los perros son el mejor ejemplo, su devoción no tiene límites. En esta narración hay una profunda ilustración de ello.
Un vecino amigable notificó a Animal – Safe Shelter sobre la muerte de un perro anciano en esa residencia abandonada.
“Una visión que me secó las lágrimas. Un perro anciano dormía en el patio de la casa abandonada”.
Tenía dueño, pero el dueño murió hace dos años de cáncer. Desde entonces, Snow se convirtió en un perro callejero, sin hogar.
Por la mañana salió a buscar comida, por la noche volvió a la puerta principal a esperar que regresara el dueño, pero no entendía por qué, el dueño nunca regresó. Sus ojos melancólicos comunicaban sus emociones.
Lo llamaron Nieve. En el veterinario, Snow se sometió a pruebas de salud. Estaba terriblemente deshidratado. El cuerpo era delgado, sólo se podían ver las costillas. Según la ecografía, había un problema con el hígado y los riñones.
Le administraron rápidamente líquidos para restablecer su salud.
“El día 2, estaba realmente débil. Por eso estuve constantemente a su lado cada segundo”.
“Estaba aterrorizada si mostraba indicios de anormalidades, ¿qué pasaría cuando yo no estuviera allí?”
Tenía hambre y comió un poco. Snow necesitaba una comida nutritiva en ese momento, que le permitiera recuperarse lo más rápido posible.
Después de dos semanas, Snow se estaba recuperando bastante bien y empezó a comer cada vez más.
“Snow subió solo al automóvil y sintió que lo ayudaban. Ese día comió, pero poco, disfrutó de la vida y habló poco”.
“Snow era un joven ligeramente sensible y emocional. Cada vez que me veía salir de él, ladraba fuerte. Tal vez le preocupaba que lo abandonara como al difunto dueño”.
Las cifras de salud de Snow se mantuvieron estables. A partir de ahora ya no tuvo que preocuparse por nada. Era digna de él una vida alegre, protegida y cuidada.