Pocas cosas pueden consolarnos en estos tiempos bastante difíciles. Una de ellas es esta foto de un niño ayudando a su madre con el parto.
Cuando Hollie Lou, una mujer de Ohio, EE. UU., se convirtió en madre por tercera vez el año pasado, necesitó apoyo y apoyo emocional de quienes la rodeaban. Tenía un increíble equipo de médicos con ella, pero también el suyo, su hijo Charlie, de 9 años, quien siempre estuvo al lado de su madre y la ayudó durante todo el parto. Incluso ayudó a los médicos a pensar en el parto.
Hollie dice que nunca ni por un segundo le pidió a su hijo que estuviera a su lado durante el parto, fue su iniciativa. “Los niños rara vez tienen la oportunidad de hacer esas cosas. El parto y la lactancia son completamente naturales, por eso cuando mis hijos me pidieron que estuviera conmigo cuando dieran a luz, acepté. Tienes mucho que aprender cuando un ƄeƄé viene al mundo, no quería perder esta oportunidad”, dijo Hollie, quien también tiene un hijo dos años menor que Charlie.
La mujer dice que preparó al niño para este momento y que reunieron todo tipo de útiles de parto. Charlie incluso asistió a una clase de preparación para el parto, lo que le ayudó a comprender mejor por lo que pasa el cuerpo de su madre durante el parto. Básicamente, Charlie tomó el lugar de una doula, siendo un verdadero apoyo no solo para su madre sino también para su hermana recién nacida.
Si bien es comprensible que una niña de 9 años no tenga capacitación profesional o experiencia práctica cuando se trata de ayudar durante un parto, la cantidad de apoyo que le ofreció su hijo mayor ayudó a Hollie en los momentos más difíciles del parto.
“Tener a Charlie allí durante la parte más difícil de mi trabajo de parto me dio fuerzas cuando me ejercité”, dijo Hollie. “Su toque de él calmando entre contracciones fue tan dulce y me calmó y me permitió recuperar mi concentración. Nuestros dos hijos pasaron mucho tiempo preparándose para desempeñar papeles secundarios. Charlie asumió el papel con mucha naturalidad. Mis hijos pidieron tomar una miniclase sobre educación sobre el parto, que yo impartí, para prepararlos para presenciar el nacimiento. Tener a las personas que más me importan animándome durante lo más difícil que he hecho en mi vida era exactamente lo que necesitaba para superarlo. Su presencia me ayudó a recordar que ya había hecho esto antes y que podía hacerlo otra vez”.