Como la mayoría de las niñas de su edad, a Charlotte Garside le encantan las muñecas Barbie, los peluches y todo lo que sea rosa.
Pero mientras se acurruca con su osito de peluche favorito, queda claro que esta notable niña de dos años es realmente única.
“Simplemente disfrutamos de la vida familiar. Puede que sea pequeña, pero cualquiera que la haya conocido le dirá que tiene una gran personalidad.
“Desde el día en que nació, ha aportado algo muy especial a todas nuestras vidas”.
Sorprendentemente, los médicos no detectaron la condición de Charlotte hasta que nació en agosto de 2007. A pesar de todas las exploraciones habituales, Emma, de 28 años, de Withernsea, cerca de Hull, no tenía motivos para sospechar que algo andaba mal.
Ya tenía tres hijas, Chloe, de 13 años, Sabrina, de 10 y Sophie, de seis. Las niñas, junto con el padre constructor Scott Garside, de 24 años, estaban entusiasmadas por tener otro hijo.
Y su panza era enorme. “Me hicieron las exploraciones y todo parecía estar bien”, dice Emma. “Era enorme, así que no pensamos que hubiera nada de qué preocuparnos”.
Cuando se puso de parto cuatro semanas antes, algo que suele suceder con los bebés enanos primordiales, los médicos del Calderdale Royal Hospital en Halifax, W Yorks, pensaron que podría haberse equivocado en las fechas.