Hace 30 años, la central nuclear de Chernobyl (Ucrania) explotó, provocando el desastre nuclear más terrible de la historia de la humanidad. Según estimaciones, Chernóbil liberó hasta 400 veces más radiación que la bomba lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima (Japón) en 1945.
En 2011, el doble desastre del terremoto y tsunami de Fukushima provocó una vez más que Japón sufriera consecuencias nucleares. Sin embargo, aunque todo el mundo sabe que la radiación es muy dañina, en las últimas décadas los científicos siguen discutiendo ferozmente sobre cuán dañina es.
Y recientemente, una investigación realizada en Chernobyl y Fukushima lo ha aclarado.
Grave peligro en Chernóbil
Uno de los peligros más terribles de la radiación es el impacto en la estructura genética de los organismos vivos. Tiene la capacidad de provocar mutaciones genéticas, normalmente en dirección negativa, provocando que el organismo se debilite y acorte su vida útil.
Al igual que los supervivientes de los desastres de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, los animales de Chernobyl nacieron con ojos nublados y cerebros más pequeños . Es la consecuencia de la exposición directa a la radiación del aire, el agua y los alimentos.
Una cabra mutada en Chernobyl
Al mismo tiempo, las pruebas mostraron que sus espermatozoides estaban deformados, afectando fuertemente a la siguiente generación . En áreas severamente contaminadas, hasta el 40% de los machos son completamente infértiles y no tienen espermatozoides o tienen espermatozoides muy débiles.
Además, aquí muchas personas desarrollan tumores, un precursor del cáncer. Las plantas y los insectos aquí también mutan de manera muy anormal, lo que hace que el número de especies disminuya seriamente.
Sin embargo, también hay algunos animales que no se ven afectados por la radiación, al menos en términos de especies. Por ejemplo, los lobos, casi sin cambios en número. Algunas especies de aves prosperan aún más.
Los lobos son una de las raras especies que no resultan dañadas por la radiación.
Para explicar esto, los expertos creen que la disminución de especies competidoras en la naturaleza ha ayudado a que algunos animales “florezcan”. Además, las pruebas demuestran que parecen haber evolucionado para adaptarse, ya que en el organismo aparece una gran cantidad de compuestos antioxidantes, que ayudan a prevenir las células, el ADN… de los efectos nocivos de la radiación.
Pero aun así, la conclusión general del estudio es que la vida biológica aquí se ve seriamente afectada por la radiación.
Fukushima no es mejor…
En 2011, un doble desastre provocó que todo el sistema de refrigeración de la central nuclear de Fukushima dejara de funcionar. Como resultado, los núcleos nucleares dentro de la planta se derritieron en sólo 3 días, a pesar de los esfuerzos del gobierno japonés.
Y finalmente, el gobierno japonés se vio obligado a disculparse ante el mundo y liberar toda el agua radiactiva al mar para salvar a la gente de aquí.
Desastre nuclear en Fukushima en 2011
Según las estimaciones, este desastre solo liberó al medio ambiente una décima parte de la cantidad de radiación que Chernobyl, pero esta cifra equivale a 40 veces el nivel de energía de la bomba Little Boy en Hiroshima.
Al examinar los datos de Fukushima, los científicos también notaron una tendencia a la disminución tanto en el número como en la diversidad de especies de aves, animales e insectos. La causa también proviene de mutaciones negativas en las últimas generaciones, lo que hace que la mayoría de ellas mueran muy temprano.
Se cree que el pez gigante es producto de una mutación encontrado frente a la costa de un área cercana a Fukushima.
Sin embargo, es una realidad que algunas autoridades ignoran deliberadamente, o incluso malinterpretan, los efectos nocivos de la radiación en la naturaleza.
Por ejemplo, hubo un estudio sobre Chernobyl que sugirió que la vida biológica allí se desarrolló más prósperamente después de la evacuación de la humanidad. Investigaciones más recientes realizadas en Estados Unidos sugieren que el daño causado por la radiación en Fukushima es insignificante.
En América se encontró un león… al que le crecían dientes en la cabeza. Muchos expertos creen que la causa es la radiación de Fukushima, aunque no se ha comprobado.
Pero estos estudios se basan principalmente en predicciones de modelos de investigación, en lugar de observaciones reales de la vida biológica en áreas radiactivas. Mientras tanto, una investigación publicada en la revista Ornithology en 2015 utilizando datos prácticos muestra que la vida biológica aquí está más seriamente afectada que nunca.
Concluir
Desde que explotó la primera bomba atómica en Alamogordo, Nuevo México (EE.UU.) hace más de 70 años, hasta la fecha se han detonado más de 2.000 bombas atómicas.
Con 400 reactores nucleares todavía en funcionamiento en todo el mundo, la humanidad debe tener mucho cuidado con el daño que pueden causar.
Fuente: IFL Science, Desastre de Chernobyl, Vida Silvestre