Descubrir conchas en la playa nos encanta y, la mayoría de las veces, coleccionamos las más bonitas. Lamentablemente, una joya costera como esa se olvida rápidamente y se relega a un rincón de nuestra casa. Sin embargo, este no fue el caso de la diseñadora de joyas Anna Chan, quien desarrolló un profundo afecto por las conchas marinas.
Ella dijo: “Habiendo trabajado a pequeña escala la mayor parte de mi vida, poder usar todas mis manos para esculpir piezas grandes fue realmente liberador, especialmente en tiempos tan difíciles. Vi un gran potencial en este nuevo medio y estaba decidido a seguir perfeccionando mi trabajo”.
Este amor la impulsó a ella y a su hija de 10 años a recolectar todas las conchas marinas que pudieran encontrar. El confinamiento por la pandemia, que les obligó a pasar días en la playa, es lo que les llevó a dedicarse a este apasionante pasatiempo. La recolección de conchas no sólo se ha convertido en un pasatiempo lucrativo, sino que también ha rayado en la obsesión.
Chan utilizó las conchas para crear esculturas en la arena además de recolectarlas. ¡El resultado la conmovió tanto que trasladó la “playa” a su garaje para poder perseguir su amor!
Desde tortugas marinas y caballitos de mar hasta pandas y rinocerontes, las piezas de Chan presentan principalmente especies en peligro de extinción con la esperanza de crear conciencia sobre su situación actual. Utilizando una variedad de caparazones, elige cuidadosamente aquellos que mejor se adapten a las características respectivas de los animales en la vida real.